Aa
Aa
Aa
-
A
+
Mi carnal Alfredo
Suelo comenzar por hablar de mi carnal contando una anécdota. Un día me llama por teléfono. Me dice: Entre nosotros jamás ha habido competencia. Cada uno ha hecho lo suyo a su leal saber y entender. Pero lo que has escrito esta mañana es una obra maestra de la lengua. Y por eso te invito una silica de doña Emma en la Yarkhay plazuela.
Le contesté algo así como: “Uno hace lo que puede”, pero salí ronceando a averiguar qué siempre había escrito para merecer semejante elogio.
La explicación es sencilla: hay una explicación posible: lo que Alfredo escribió salió en mi columna un empastelamiento, como se dice en la jerga.
Fui a la cita y allí lo........
© Opinión
visit website