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Rerum novarum

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21.08.2024

Antes de la Revolución industrial, la producción era casera. Los campesinos, artesanos, comerciantes, médicos y abogados vivían donde trabajaban todo el día, con su propia herramienta y la cooperación de su familia. Atendían a los clientes que los visitaban, o llevaban sus productos a mercados públicos, que se instalaban y desinstalaban en ciertos lugares y días.

Cuando aparecieron las fábricas, reclutaron artesanos que iban a trabajar con su herramienta, su familia, su conocimiento de un oficio. Hubo protestas por las jornadas de todo el día y el trabajo de mujeres y niños. La tradición gremial de pequeños productores independientes se volvió sindical. Empezaron las huelgas y también las represiones.

Los comunistas invitaron a Marx y Engels para redactar un manifiesto que diera forma a sus exigencias, en particular una incendiaria: la reducción de la jornada laboral a ocho horas. El Manifiesto del Partido Comunista (1848) rebasó el encargo. Resultó una magnífica pieza literaria y toda una teoría histórica basada en una hipótesis endeble: la lucha de clases.

Marx y Engels fueron congruentes con sus posiciones hasta extremos absurdos. Desdeñaron la vida campesina y la artesanía frente a la Revolución industrial. Elogiaron a la burguesía por haberla llevado a cabo. Creyeron que........

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