“Jaime, tú que estás apoyando una dictadura, dile al sheik de mi parte que no, que no insista, que no habrá explotación minera ni en Santurbán ni en sus alrededores”, le dijo Petro a Jaime Amín en 2021. Amín era entonces el embajador en Emiratos Árabes Unidos (EAU) del gobierno Duque. Petro le mandaba la razón al jeque Mohamed bin Zayed Al Nahayan, miembro de la familia real de Abu Dabi y presidente de EAU.

Tres años después, ya como presidente, el tono ha cambiado radicalmente. En abril, Petro firmó con Mohamed bin Zayed Al Nahayan un acuerdo de Asociación Económica, una suerte de Tratado de Libre Comercio (TLC), entre ambos países. “Nosotros podemos llenar de flores el desierto”, le dijo Petro, que públicamente ha seguido en contra del proyecto de explotación en Santurbán.

En este reportaje, La Silla Vacía hace un recorrido por el portafolio creciente de la monarquía árabe en el país que ha sido cuestionado por violaciones de derechos humanos y por espionaje tecnológico. Según The New York Times en 2021, tres exoficiales de inteligencia gringa contratados por Emiratos reconocieron haber cometido delitos de piratería informática para dañar a enemigos del Golfo Pérsico. Y The New Yorker reveló una megaoperación de desinformación de Emiratos contra personas que escogieron como “blancos” suyos en Europa.

Pero el presidente ha llamado al jeque de la monarquía petrolera “hermano” y “amigo”. Emiratos contestó con sus propias flores. Hace unas semanas anunciaron la donación de un hospital de alta complejidad en La Guajira, con un costo estimado de 40 millones de dólares. Ese departamento, el segundo más pobre del país, es una prioridad para el gobierno de Petro.

Emiratos es un país constituido hace menos de un siglo, y es uno de los más ricos del mundo por sus reservas petroleras. Está conformado por siete emiratos, cada uno gobernado por una dinastía. El príncipe Mohamed bin Zayed Al Nahayan es el emir de Abu Dabi y el presidente del país. En el medio oriente está alineado con Arabia Saudita, y tiene una enemistad con Qatar.

Desde hace más de una década vienen pisando fuerte en Colombia, con acceso al presidente de turno. Tienen minas, como la de Santurbán, compraron Nutresa, entraron con su aerolínea y donaron al proceso de paz. Es una relación que se ha profundizado, especialmente en los dos últimos años, con Petro como presidente.

“Emiratos funciona como una empresa y su forma de pensar es a largo plazo”, dice Tatiana Córdoba, exrepresentante de Procolombia en Emiratos. Los emiratís tienen el tercer fondo soberano con más activos del mundo, con 829 mil millones de dólares, según el Center for the Governance of Change de IE University en 2021. “Es un fondo de la nación que tiene el mandato de invertir fondos del país para asegurar que el patrimonio del país crezca a futuro. Funcionan como un fondo de pensiones, donde ellos reciben un monto, y tienen que invertir a nivel internacional”, explica Córdoba.

El exembajador Jaime Amín dice que Emiratos “es un país que quiere jugar muy fuerte durante los próximos 30 y 40 años en todos los aspectos. Los Emiratos va a ser en los próximos 50 años uno de los 10 países más importantes del mundo”.

Las relaciones de Emiratos con Colombia se vienen cocinando desde hace varios gobiernos. En 2017, Juan Manuel Santos firmó acuerdos de doble tributación y otro de inversión. En el gobierno de Iván Duque se firmó un memorando de entendimiento con Emiratos para diseñar una hoja de ruta para mejorar las relaciones y se avanzó en las negociaciones para el TLC.

En medio de todos esos acercamientos, Emiratos firmó un convenio con Santos para donar 45 millones de dólares para el posconflicto, de los cuales ya se invirtieron 32 mil millones. 10 mil millones en centros de desarrollo infantil, 10 mil millones en la promoción y generación de encadenamientos productivos y 12 mil millones en obras de la........

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