Harto de mis Goya
Cada año asisto extraño, perplejo a la chusca congregación de mamarrachos que es la gala de los Goya y, cada año, la visión me sobrecoge más que el anterior. Se superan. Tiene mérito. Digo que asisto no porque la vea, mucho menos porque me inviten —ni lo quiera Dios—, sino porque resulta difícil esquivar el bombardeo de fotos y vídeos que escupe ese aquelarre de propaganda. Imposible cuando uno se dedica a esto de los periódicos y las revistas.
Dice el profesor Rodríguez Braun que «la redistribución de la riqueza no se hace de ricos a pobres sino de grupos desorganizados a grupos organizados», y bien lo saben quienes organizan y disfrutan la fiesta del cine español, que tiene más de lo primero que de lo segundo y casi nada de lo tercero, para........
© La Gaceta
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