En un entorno como el actual, con una población como la española, cada vez más envejecida y con un índice de natalidad menor año tras año, la tendencia debería ser favorecer el ahorro con el objetivo de complementar la pensión.

Sin embargo, las distintas políticas llevadas a cabo en los últimos años parecen ir en contra del producto por excelencia con este fin: los planes de pensiones individuales.

Las reducciones de incentivos fiscales, así como facilitar el rescate anticipado más allá de los supuestos actuales (desempleo, enfermedad grave, invalidez…) no hacen más que reducir los atractivos, a la par que generar incertidumbre, lo que en términos generales siempre es negativo para cualquier tipo de ahorro e inversión.

En todo caso, lo cierto es que sigue habiendo un sector importante de la población que considera fundamental ahorrar de cara a la jubilación, con el objetivo de tener una situación económica más holgada llegado el momento.

En ese sentido, es importante no dejarse llevar por movimientos a corto plazo y recordar las razones que nos llevaron a querer ahorrar.

En lo que llevamos de año, los planes de pensiones individuales han visto incrementar su patrimonio en más de 6.200 millones, motivado por la rentabilidad de las carteras por valor de 5.921 millones.

Sin embargo, esta rentabilidad no se ha visto acompañada por la confianza de los inversores, con reembolsos netos de 401 millones.

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