Las reglas fiscales europeas y el ajuste pendiente en España
La disciplina es necesaria, aunque no suele ser grata en casi ningún aspecto de la vida. Sin embargo, y precisamente por eso, no se puede vivir siempre sin reglas. Esto también es cierto en la gestión pública, y habría que recordarlo más en este 2024, en el que vuelven a entrar en vigor las reglas fiscales europeas, que, además han sido reformadas en profundidad. En la clausura del III Foro de fiscalidad de EsadeEcpol, que tuve la suerte de volver a dirigir el pasado miércoles, lo recordaba la presidenta de la Airef, Cristina Herrero: las Administraciones Públicas no han interiorizado las nuevas reglas fiscales, y lo que suponen en cuanto al necesario ajuste fiscal que tenemos que acometer.
Empecemos por lo más obvio: la deuda pública española es elevada, y excede, holgadamente, del 100% del PIB. Es cierto que se ha reducido, en términos de PIB desde la pandemia, cuando llegó al 120% del PIB. Sin embargo, esta reducción no va a continuar, o, mejor dicho, no seguirá sin realizar un ajuste fiscal. Hay dos razones por las que se ha reducido la deuda pública. En primer lugar, porque hemos recuperado la actividad económica previa a la pandemia. Esto quiere decir que el nivel de deuda estaba artificialmente hinchado por una caída del PIB. Pero, el crecimiento real, una vez recuperada la actividad económica normal, ya no será el mismo.
El segundo elemento que ha reducido nuestro nivel de deuda es el aumento nominal del PIB. Les traduzco la jerga: la inflación interna. Somos dependientes de un impuesto inflacionario, que afortunadamente se está reduciendo. Esto hace que los aumentos de recaudación, especialmente en nuestro principal impuesto, el IRPF, no sean tan elevados. Pero, sobre........
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