In Spain we call it 'soledad'
Opinión | UNA IBICENCA FUERA DE IBIZA
Pilar Ruiz Costa
Desembarco de migrantes en el puerto de Bari (Italia) procedentes del centro de detención de Albania. / Europa Press / Donato Fasano
El segundo día trabajando como voluntaria en los campos de refugiados en Atenas encontramos un cadáver. El segundo. Un cadáver. En todo relato que se precie hay una introducción antes que el clímax o momento de mayor tensión para ir preparando al público. Disculpen pues la anómala estructura de esta historia que llega, cual la vida, desordenada. Y disculpen también pues ya les adelanto que tampoco les traigo la resolución que sigue al clímax y precede a la conclusión con la que uno cierra el círculo y ya, descansa. A veces la vida nos mantiene siempre en guardia.
Y así la mañana de autos llamamos al 112 alertando del hallazgo de un varón de unos 60 años desplomado sobre su espalda en un pequeño desnivel entre los árboles que enmarcan el descampado donde diariamente repartimos bolsas con comida, compresas, pañales y compañía. En uno de los pies todavía una chancla de goma de las que solo quien no tiene nada más calza en el frío invierno. Fue un médico alemán voluntario repartiendo medicinas al otro extremo del descampado el que certificó no solamente la muerte, sino que había sido violenta, al retirar........
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