Liderazgo democrático
Desde la infancia aprendemos que nuestro destino depende de una figura extraordinaria, sobrehumana, que vendrá al mundo para salvarnos, pero que lo hará según nuestra obediencia a su voluntad.Desde el cristianismo pasando por otras religiones veneramos las ideas de sumisión, obediencia y dependencia. Ese es el pensamiento conservador o tradicional que ha sido adoptado por la política.
Así, en nuestra política, los bolivianos no podemos esperar la llegada de un “Mesías”, que no va a llegar, que no existe, porque si existiera y llegara confirmaríamos que seguimos siendo una sociedad si bien no primitiva, sí atrasada, tribal, mal gobernada por seres ignorantes y violentos. Una sociedad que se encuentra alrededor de tribus o “movimientos sociales” coludidos para buscar sus intereses de grupo en detrimento de los intereses de toda la ciudadanía disfrazada de democracia. De una dirigencia déspota disfrazada de democracia.Ello es lo que actualmente tenemos.
El liderazgo mesiánico, tarde o temprano, es autoritario, vertical, celoso, desconfiado, hedonista y arrogante. Basta observarlo en escena. Exige un culto a su personalidad y obediencia sin........
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