El referéndum con dados cargados: ¿Morir o suicidarse?
El 6 de agosto, el presidente Arce propuso un referéndum con cuatro preguntas. Fue presentado por la élite en el poder como el gran divisor de aguas en la economía y política boliviana, casi como si fuera un demiurgo que develaría la voluntad popular y resolvería todas las dificultades que enfrenta Bolivia.
Además, la propaganda del régimen lo posicionó como una jugada política maestra, un movimiento que, en el lenguaje popular, se percibió como una "pateada de tablero" que dejó fuera de juego a propios y extraños.
Finalmente, se revelaron las preguntas del referéndum. La primera está destinada a abrir o cerrar el camino a la candidatura de Evo Morales, dependiendo de la respuesta. El gobierno apuesta a que el pueblo finalmente le diga "no" a la reelección del expresidente.
La cuarta pregunta es un escape hacia el futuro, que busca evitar la disputa política sobre la redistribución de escaños entre los diferentes departamentos una vez se conozcan los resultados del Censo. La nueva distribución poblacional quitará representatividad a los departamentos que están perdiendo población y otorgará más poder a las regiones en crecimiento. Esto podría generar mucho conflicto, y a través del referéndum, el gobierno intenta ofrecer una salida salomónica: propone aumentar el número de diputados para que nadie pierda.
En cuanto a las preguntas 2 y 3, estas se enfocan en los subsidios a la gasolina especial y al diésel, y es en ellas donde nos centraremos, ya que tienen una redacción idéntica.
La pregunta es la siguiente: "¿Está usted........
© El País
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