Atención: ¡se suspende la lucha de clases!
Se viene una gran fiesta, y seguro que las respectivas agendas domésticas pasarán a un segundo plano. ¿A quién se le ocurrirá preocuparse de elecciones, posicionamientos, acusaciones constitucionales?
Es algo que no pocos han intentado, algunos incluso la prohibieron por ley. Pero no hay caso, los tenaces hechos demuestran que los conflictos sociales no aflojan, que todo sube, menos los sueldos. Que el dólar y el petróleo se van a las nubes, si hasta mi casero en la feria me da una miniclase de economía cuando me explica el proceso productivo de la palta y por qué las cerezas cuestan más, porque ahora se las comen los chinos. Tan sincero mi casero, que hasta me convence y aflojo las lucas.
Y en los almuerzos familiares emergen los temas del día a día, que la delincuencia desatada, que lo caro de la educación, que la espera interminable por un especialista en Fonasa, que hace mucho frío y que la parafina está como las paltas. A veces hablamos de política y solo concordamos cuando pelamos al Congreso y a los partidos. En el resto, impera la democracia y la libertad de expresión. Lo mismo, imagino, debe sucederle a la mayoría de las familias y, por cierto, en los asados (¿será igual en los asaditos del Barrio Yungay?).
Me acabo de enterar de que el kilo de asado en Argentina está a seis lucas, bastante razonable lo encuentro. ¿Por qué en Chile es tan caro si tenemos libre comercio entre los dos países?
En suma, la vida no es fácil –excepto para los que ganan varios palos, en el sector público o en el privado–, pero la raza sigue levantándose........
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