Tras la verdad sobre el conflicto del agua
Detrás de toda política, hay intereses económicos públicos y privados. Para llegar cerca de la verdad, es necesario investigarlos a fondo desde perspectivas y enfoques múltiples.
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Pasé por el cruce de Santa Teresa la semana pasada en mi camino hacia Estados Unidos (EU) para, con algo de suerte, evitar líneas de horas, y fui testigo del bloqueo de los agricultores y transportistas al tráfico comercial en ese cruce fronterizo, alejado de la ciudad. La línea de tracto camiones varados era kilométrica. Las gigantescas aspas de los aerogeneradores que se instalan para generar energía eólica en los picos de las montanas rocallosas para EU -y que en Don Quijote de La Mancha hubiera descrito como monstruosos robots en sus imaginarias batallas caballerescas, estoy seguro- contrastaban con el desierto, que todavía luce limpio y sin esmog. Algo que, para los amantes de la naturaleza, todavía hace atractivo su recorrido. Especialmente en días nublados, atardeceres rojizos, o cuando huele a tierra y hierba mojada.
Chismoso y observador que soy en estos casos para el beneficio de esta empresa mediática, no pude evitar que me llamara la atención ver como un grupo de trabajadores, entre trasportistas, rancheros, y demás arrimados, escuchaban las palabras de un hombre parado arriba de un vehículo. Estaban rodeándolo para escucharlo. Me llamó la atención la rápida organización político-civil del grupo. No iban por pizza, o por diversión, como otros grupos de acarreados en los informes públicos. Desaceleré por precaución debido a la muchedumbre, pero pude pasar, ya que no molestaban a los automovilistas. Alfo muy inteligente, por parte de los organizadores, para no enfadar al ciudadano transeúnte común. Afectaron el comercio binacional, pero no el tránsito ciudadano.
El agua fresca es un recurso primario. Sin acceso a ella, no hay vida ni civilización, entonces desde siempre, su localización, uso, y distribución han generado conflictos de poder.
En nuestro estado, así como en otras entidades del país, dependemos del valioso líquido que se acumula en las presas. También dependemos del agua que EU nos suelta cada año, y que se genera gracias a las nevadas en Colorado; porque alimentan los bolsones acuíferos del subsuelo, los ríos y las presas de Nuevo México, California, y los ríos que riegan ciudades y pueblos fronterizos. A cambio, México tiene que pagarle agua cada 5 años a EU de sus presas, dependiendo de la región, y acuerdos........





















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