Segunda edición
Ciudad de México.- "Mi novio es lascivo, concupiscente, libidinoso, lúbrico y salaz -le contó Rosibel, linda muchacha, a su amiga Susiflor-. Una vez que empieza a besarme ya no sabe cómo detenerse". "Qué raro -ponderó Susiflor-. También mi novio me besa apasionadamente, pero siempre encuentra un sitio dónde detenerse". "¿Tolerancia? ¡Para eso hay zonas!". La contundente frase pertenece a Paul Claudel, poeta y dramaturgo católico cuyo catolicismo no lo libró nunca de la intransigencia. Sin irrespetar al autor de "Le Livre de Christophe Colomb" yo soy ecléctico, lo cual significa que no tengo carácter. En presencia de dos males no escojo el menor: tomo los dos. Alguna vez pergeñé un brevísimo poema de sólo cinco palabras: "Sí. No. Si no, sino". Quise significar que en la vida debemos decidir siempre con firmeza, pues de no hacerlo quedaremos sujetos a un destino incierto. Las más de las veces, sin embargo, no pongo en práctica mi teoría. Me parezco más bien a aquel marido que comentaba al hablar del trato con su esposa: "Entre nosotros no hay nunca ni un sí ni un no. El puro qué te importa". Repito las palabras del mejor Machado, Manuel: "Mi voluntad se ha muerto una noche de luna / en que era muy hermoso no pensar ni querer". No soy........
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