Mentir, especialidad de la 4T
Ciudad de México.- "Duermo muy bien" -dice este amigo mío. Y añade: "No es que tenga la conciencia tranquila; lo que pasa es que me hago pendejo". La conciencia es esa vocecita que te dice que no hagas eso, porque te están viendo. Yo cargo varios remordimientos de conciencia, aunque usualmente están fuera de servicio. Uno de ellos se me presenta siempre cuando salgo de la casa del Potrero. Frente a ella hay un enorme pino. Debe medir más de 10 metros de alto. Cuando lo planté era tan pequeño que lo llevé al rancho, envuelto en papel periódico húmedo, sobre el tablero de mi camioneta. Creció el pinito hasta alcanzar la estatura de un hombre, que no es mucha estatura, sea quien sea el hombre. Y sucedió que un toro de Juan Gáuna -así se pronuncia allá el apellido Gaona- se metió a nuestro predio y mordiscó el arbolito hasta dejarlo a la mitad de su altura. "Demande a Juan" -me dijo don Abundio. No quería yo hacerlo, pues detesto los pleitos de vecinos, pero el viejo insistió: si no lo demandaba volvería a suceder lo mismo. Presenté la demanda, pues, y el pedáneo -tal es el nombre del juez........
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