La inseguridad reina en los caminos
Ciudad de México.- El Lic. Ántropo fue a una casa de mala nota, burdel, mancebía, lupanar, manflota, ramería o congal. Le dijo a la madama del establecimiento: "Busco a Hetera Dáifez. Trabaja aquí". "Así es" -respondió la mariscala o mamasanta, que también así se llama la mujer a cargo de una manfla. Añadió: "Hetera es mi más cara pupila. Cobra 10 mil pesos el rato". El abogado la solicitó, pasó el rato con ella y le entregó la cantidad citada. Igual hizo las dos siguientes noches, previo pago de la suma. Hetera le comentó: "Es la primera vez que un cliente me requiere por tres noches consecutivas. ¿De dónde eres?". "De Cuitlatzintli" -respondió el Lic. Ántropo-. "¡Qué coincidencia! -se alegró la mujer-. Tengo una hermana ahí". "La conozco -dijo el abogado-. Supo que venía a la ciudad, y me pidió que te entregara los 30 mil pesos que le prestaste hace unos meses. Ya te los entregué". Ahora tengo 18 años. En el recuerdo, digo, porque en la vida cuento algunos más. Estudiante de la UNAM, he acomodado mi horario de clases para terminar la semana a las 11 de la mañana del viernes. Llevo mi maletín de viaje, y salgo a la carretera a pedir aventón, aventurero que soy ansioso de........
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