Los candidatos tristes no ganan elecciones (ni seducen ni convencen)
El análisis es contundente. Y además certificado en un centenar de elecciones presidenciales y de menor rango. Los políticos desangelados andan por el camino de la desgracia electoral. No cautivan, no encantan, no enamoran. No motivan ni entusiasman. Podrán estar ciertos en sus planteamientos. Sus razonamientos podrán tener la mayor de las lógicas y un claro sentido común. Incluso hasta podrán tener toda la razón. Pero no moverán un voto. Y no lo harán porque sencilla y llanamente, los electores votan con el corazón o con las vísceras. Jamás con el cerebro.
Estas no son unas elecciones para ser el máximo líder de una compañía o de un conglomerado corporativo. Ni para ser el jefe o el CEO (Chief Executive Office) de una empresa. Hay una gravísima confusión conceptual y, claro, un extravío marcado de la venta del candidato al electorado.
Votan con el corazón porque ese o aquel político logró un vínculo con sus electores. Una empatía irracional – lógicamente -, que motiva de manera profunda al elector en favor de un político al que asocian con un sentimiento y no con una reflexión. Se debe trabajar la necesidad de conectar. No de convencer como hace 40 años atrás. Mas de la mitad del electorado boliviano son jóvenes que en su mayoría votarán por........
© El Día
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