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De los polvos sociopolíticos heredados a los laberintos pantanosos actuales (II)

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13.09.2024

Cuando en la madrugada del 29 de julio de 2024, el Presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), informó el Boletín Oficial “casi irreversible” de los resultados de las elecciones presidenciales, se hizo realidad la matriz de opinión como “creencia generalizada” cultivada por la oposición venezolana desde el 2004, de gritar “fraude electoral…lo demostramos después”, reactivándose lo que se conoce en Psicología Social y Sociología política como comportamiento colectivo, en sectores diversos de la geografía venezolana.

Demás está decir, que no estamos de acuerdo con la manera como el Poder Electoral informó de los resultados de la elección presidencial del 28 de julio por lo escueto y parco de la información dada y su comportamiento posterior, que indudablemente contribuyó a crear incertidumbre y suspicacias, en nosotros que como pueblo, ya tenemos en estos últimos 25 años, algo de experiencia en elecciones y anuncios electorales oficiales, pero, esto no es la finalidad de este artículo.

Repite “…una mentira mil veces y se hará verdad” sostenía Joseph Gobbles Ministro de Educación Popular y Propaganda de Adolfo Hitler. Por su parte el Filósofo marxista Ludovico Silva (1970), sostenía: que así como en la realidad de la fábrica se genera la plusvalía material, económica, de la cual se apropia el capitalista dueño de los medios de producción, esta plusvalía tiene su representación mental (subjetividad preconsciente) como plusvalía ideológica en los conglomerados de trabajadores y en el pueblo en general, expresado en el comportamiento, sustentado en una falsa conciencia, como percepción alienada (escindida) de la realidad.

Ahora bien, el desarrollo de la campaña electoral presagiaba, una repetición manipuladora y engañosa a la que nos tienen acostumbrados la oposición radical, de gritar “fraude…sin después demostrarlo” y protestas violentas como en otras ocasiones. Es a esas situaciones a las que nos vamos a referir, a comportamientos colectivos hostiles y violentos, así como a la manera como se generan, en personas que como sujetos singulares, no son ni tan hostiles, ni tan violentos, ¿Qué sucede en la psique, en los imaginarios colectivos y en el inconsciente colectivo de personas que lo conforman?, ¿Por qué se comportan de manera distinta, como “personas masas”, irreconocibles, confrontativos, hostiles y violentos? ¿Por qué tanto odio?

Los estudios de psicología y sociología del comportamiento colectivo han identificado una serie de componentes previos, que en situaciones límites y a manera de una estructura total, integrada como totalidad concreta, son el activador de esos comportamientos colectivos. Según Neil Smelser (1995), los comportamientos colectivos son más sociales, que psicológicos, son movilizaciones no institucionalizadas, basadas en una creencia que define la acción social, a fin de modificar una o más acciones que provocan tensión en los colectivos. Es decir, el comportamiento colectivo es una respuesta ante situaciones no estructuradas, en contraposición al comportamiento convencional y habitual, que es la realización a expectativas establecidas.

El comportamiento colectivo, es el intento por restablecer un orden que perciben que fue perturbado total o parcialmente, caracterizado por ser: una acción colectiva no institucionalizada, se ejecuta para modificar la tensión generada por el orden perturbado total o parcialmente, es una reconstrucción colectiva como tentativa de mejorar o solucionar una crisis o conflicto social; entendiendo la crisis como oportunidad o peligro ante una situación repentina y cargada de incertidumbre, no así, el conflicto social que brinda certidumbre frente a lo adverso o adversarios, es el sustento de identificación ante una disputa o lucha común específica.

Existen unos determinantes del comportamiento colectivo tales como: a) Conductividad estructural: ciertas condiciones políticas, económicas o sociales, desencanto,........

© Aporrea


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