El Salvador: el tumbazo de una guerrilla hecha partido
Después de 28 años regresé a El Salvador. Este artículo es parte de un reportaje sobre una revolución que descuidó a sus propios hijos y sin quererlo engendró a un monstruo.
Tras las elecciones presidenciales y legislativas, ahora también se conocen los resultados de las elecciones municipales. El FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Popular) no ha logrado salvar ni una sola alcaldía, ni siquiera en Perquín, antaño el bastión de la guerrilla, donde ahora se encuentra el Museo de la Revolución. El hecho de que el Frente aún pueda sobrevivir como partido se debe únicamente a la ley que estipula que 50.000 votos en las elecciones legislativas son suficientes. El Frente obtuvo unos 190.000. Por supuesto, la interpretación creativa de la Constitución y el ajuste de la legislación electoral por parte del gobierno de Bukele explican en gran parte lo que pasó, pero no todo. Hay más.
De las numerosas conversaciones con exguerrilleros, entiendo que muchos se quedaron decepcionados con sus líderes para quienes alguna vez enfrentaron ciegamente cualquier riesgo. Nadie negaría que Bukele trajo más seguridad a gran parte del país, pero una militante de primera hora que espontáneamente dice «gracias a mi presidente», refiriéndose a Bukele, expresa exactamente lo que muchos con ella están pensando en voz alta.
Pregunto, indago, quiero entender, pero sólo me responden indicándome pistas vagas o con un rechazo amable. Que » todo está complicado» y que «mejor me dedique a algo que me haga sentir feliz», me dicen. Pero persisto. Compruebo, vuelvo a comprobar y compruebo otra vez más toda
información que voy decscubriendo y siento como una y otra vez mi cabeza se me vuelve loca.
Me topo con un escándalo tras otro, fundamentado o no con pruebas contundentes. Descubro que desde hace el año 2016, ministros, diputados y miembros de la Dirección Nacional del FMLN, en función y anteriores, han sido sistemáticamente torpedeados por los medios de comunicación con
acusaciones de autoenriquecimiento, malversación de fondos, narcotráfico y tantas otras formas de fraude y corrupción. Algunos sospechosos incluso habrían sido nombrados en cargos políticos que deberían garantizar inmunidad. Hasta que en el 2021, cuando el presidente Bukele estrena a su nuevo partido Nuevas Ideas y gana la mayoría absoluta, el infierno se desata. Ya no hay frenos y decenas de exfuncionarios del FMLN son perseguidos y encerrados en detención preventiva y alargada. Algunos logran refugiarse a tiempo en el extranjero, como los expresidentes Mauricio Funes (2009-2014) y Salvador Cerén (2014-2019). Pero al mismo tiempo, llama la atención el silencio del FMLN que se abstiene de dar muchos comentarios y prefiere limitarse a un «que la justicia haga su trabajo».
Mientras el daño está hecho, también en las mentes de militantes leales al FMLN que han vivido en carne propia cómo los fondos de muchos programas de apoyo social fueron desviados hacia empresas y personas para quienes no estaban destinados. La dolorosa realidad es que el FMLN no necesitaba más de dos mandatos presidenciales para echar por tierra por completo su crecimiento constante como único partido de izquierda en El Salvador, cayendo de casi 1 millón de votos en el 2009 a menos de 200.000 en el 2024.
Norma Guevara ha recorrido toda una carrera de militante, primero como miembro del Partido Comunista Salvadoreño (PCS), luego del FMLN........
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