Los caminos separados de la política venezolana
Si decidiéramos asumir como válida la premisa de que ya no es posible hablar de una Venezuela polarizada políticamente, en tanto que el campo político ha dejado de ser el escenario de un conflicto entre dos proyectos antagónicos de país, lo más lógico sería elaborar algunas hipótesis sobre el derrotero de los polos en pugna, principalmente de sus bases sociales de apoyo, antes que de sus respectivos liderazgos.
Lo anterior viene a cuento porque en el mundo de la opinática antichavista parece estar firmemente arraigada la creencia de que, después de años de estéril enfrentamiento, el profundo malestar popular respecto de la clase gobernante habría terminado por darle la razón. Imagínese usted: el antichavismo no solo habría estado siempre del lado correcto de la historia, sino que incluso tendríamos que reconsiderar la pertinencia de un término que, francamente, luciría extemporáneo: antichavismo. Puede que en tiempo pasado tuviera sentido apelar a él para nombrar a una importante pero minoritaria parcialidad política. Hoy, en cambio, se trataría de una identidad que habría venido difuminándose hasta el punto de hacerse indiscernible del sentir mayoritario popular: el pueblo todo unido contra una minoría chavista empeñada en perpetuarse en el poder.
La realidad, por supuesto, no es tan sencilla, y definitivamente no transige con autoengaño alguno. Lo primero que habría que decir es que aquella es una creencia en sentido estricto, esto es, algo más cercano a un acto de fe y muy alejado de un genuino análisis de la situación. Acto seguido, habría que precisar: no es correcto concluir que el torrente mayoritario de la base social del chavismo, es decir, de lo que en su momento constituyó la principal fuerza política del país, terminó sin más confluyendo en el cauce del antichavismo.
Si bien es cierto que en determinadas circunstancias podrán coincidir puntualmente -por ejemplo, en el rechazo de una parte de la clase gobernante-, es igualmente cierto que se trata de fuerzas que transitan caminos separados, con itinerarios muy distintos, determinados entre otras cosas por sus diversos orígenes de clase, por la orientación y el contenido del horizonte programático con el que llegaron a identificarse, de lo que se........
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