El lucrativo negocio de Desokupa, al descubierto
Antes de convertirse en un habitual de los programas matutinos de las cadenas privadas, que han dado una cobertura sobredimensionada del fenómeno de la ocupación, Daniel Esteve, el líder de Desokupa, ha tenido varias vidas: ha sido boxeador, promotor de eventos deportivos, cobrador de morosos y portero de discoteca, tal y como recoge la hemeroteca. La última de sus facetas, la que le ha aupado a la fama, comenzó hace más de una década en el gimnasio Arsenal, un exclusivo centro deportivo de Barcelona en el que trabajaba como entrenador personal y dando clases de boxeo. Por sus lujosas instalaciones, que también sirven de club social solo para hombres, han pasado empresarios, abogados y políticos con poder en la capital catalana.
Entre manopleos, sesiones de sparring y entrenamientos de esquiva, nació la idea que daría origen a Desokupa. Fue en el ring del Arsenal donde Esteve conoció al socio con el que fundaría la compañía de desalojos extrajudiciales. Este empresario, que posteriormente se desvinculó de la compañía, según las fuentes consultadas, era uno de sus alumnos y buscaba a alguien que le ayudase a desalojar a unos okupas de un edificio en el barrio del Raval. Hizo tándem con Esteve. «Y funcionó. Vaya si funcionó», explicó en 2016 el agitador en una entrevista en Intereconomía en la que detalló cómo se produjo esa primera actuación.
El primer dispositivo de Desokupa consistió en un «control de accesos», donde un «equipo de conserjes» con el «listado de todos los vecinos» --según añadió el líder de la empresa en Intereconomía-- revisaba «quién entra y quién sale» del bloque o del apartamento. Las operaciones de Desokupa consisten, primero, en intentar llegar a un acuerdo con los inquilinos. Si eso no funciona, establecen un control de acceso para que, si salen de la vivienda, no puedan volver a entrar.
El empresario catalán está bien asesorado legalmente y conoce los límites a los que puede llegar, explican las fuentes consultadas. Otro factor a tener en cuenta es el perfil de los afectados por sus métodos: personas en riesgo de exclusión social o miembros de colectivos okupas, que tienden a no denunciar por falta de recursos, por temor o porque son conscientes de que están residiendo en una vivienda que no es de su propiedad.
Desokupa tiene otra particularidad, que llamó la atención desde el primer momento en el que empezó a funcionar: la corpulencia y el aspecto intimidante de sus empleados. Son hombres musculosos, muchos con «certificaciones en artes marciales», según explican fuentes que han pasado por la empresa. Investigaciones periodísticas, como las realizadas por La Directa, llegaron a identificar en operativos de la compañía, a un joven de ideología neonazi. Esteve buscó desmarcarse de estas acusaciones asegurando que no formaba parte de su empresa, sino que trabajaba en la propiedad del edificio, tal y como explicó en una entrevista con el youtuber RickyEdit.
Intimidación física y verbal
Es habitual que haya violencia en los vídeos que Desokupa publica de sus actuaciones. En ellos, Esteve y sus empleados reducen, en su mayoría, a hombres que identifican como ocupas, acusándolos de estar armados o de ser agresivos. En una de esas imágenes, difundidas por el tabloide Estado de Alarma, se ve a dos empleados reteniendo a un hombre por el cuello, mientras otro le graba y se escucha cómo le preguntan: «¿Esto qué es, maricón?», mostrando un cuchillo. En sus plataformas, el empresario catalán amenaza abiertamente a sus objetivos, advirtiéndoles de que saldrán de la casa «por la puerta o por la ventana».
El abogado Diego Redondo coincidió con Desokupa en 2017, cuando intentaban desalojar el centro social La Yaya, en Madrid. Recuerda el «trato chulesco» de los trabajadores de la empresa, así como un clima de «intimidación física y verbal». Otro letrado, Andrés García Berrio, ahora diputado autonómico catalán por Comuns Sumar, describe su encuentro con esta compañía como una de las situaciones en las que «más miedo» ha pasado en su carrera. Ayudó hace cinco años a una familia que iba a ser........
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