De Cañón y otros ángeles tecleros
Diecisiete años atrás, el periodista Guillermo Cabrera Álvarez convocó a sus lectores de la Tecla Ocurrente a pensar en lo central en sus vidas, y a contarlo en el centro de Cuba (un pueblito llamado Guaracabulla) en el centro del día que partía aquel año (1ro. de julio de 2007).
Quien conozca la pluma y el alma del Guille no se sorprenderá si le digo que ese día llegamos más de 200 personas de un montón de provincias, y para muchos el ombligo de sus vidas era la Tecla, justamente, porque con esa columna de los jueves en JR el pecho se expandía para reír, llorar, aprender, perdonar… ¡crecer!, y hasta para sacar a la musa de las gavetas y participar en sus concursos, cargados de historia y promesas de aventuras.
Poco después de la hermosísima tertulia, mientras disfrutábamos del sorprendente almuerzo preparado por el Gobierno municipal de Placetas, Guille apagó su corazón en las manos de Rene, un estudiante de Medicina, hoy cirujano. Como le había prometido a la anfitriona, Katy, nunca se iría de aquel bucólico lugar, donde la humildad es ADN social y tal........
© Juventud Rebelde
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