¿Cárdenas u Ortiz Rubio?
Hace prácticamente un siglo, durante la presidencia interina de Emilio Portes Gil (1928-1930), el vacío provocado por el asesinato de Álvaro Obregón en el restaurante La Bombilla desató una lucha a muerte entre callistas y obregonistas, por el control del poder político. Plutarco Elías Calles comprendió que le urgía construir un aparato que cohesionara a las fuerzas en choque y, con la promesa de repartirse el poder entre todos a puerta cerrada, creó el Partido Nacional Revolucionario.
Calles decidió también que el mejor candidato para suceder a Portes Gil al término de su presidencia interina era un hombre sin grupo político propio, que llevaba años fuera del país, entregado al servicio diplomático, y que carecía por tanto de compromisos con las facciones reinantes.
Con la oferta de convertirse en secretario de Gobernación de Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio fue atraído desde Brasil. De camino al país, el secretario de Calles le llamó para pedirle que, antes de tomar protesta, se entrevistara con el Jefe Máximo.
Ortiz Rubio viajó a Cuernavaca. Calles le planteó la desconfianza que sentía por quienes lo rodeaban y le ofreció la candidatura a la Presidencia para el periodo 1930-1934. En sus Memorias, Ortiz Rubio apunta que conocía los procedimientos turbios de Calles, su manera de enredar a la gente para que esta cumpliera con sus designios. Comprendió que le estaban ofreciendo una herencia fatídica: “una........
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