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¿Es el hombre el lobo del hombre?

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Aun en la guerra, hay límites y protocolos que limitan la violencia. Así León Tolstoi y otros pensadores hubiesen llegado a la conclusión de que el acto más vil de la humanidad es la guerra, a través de los tiempos, el ser humano ha sabido poner límites a la violencia tanto en las guerras entre naciones como en sus confrontaciones políticas y cotidianas.

En mi temprana adolescencia, como estudiante de colegio, recuerdo que había una especie de “protocolo” entre los varones para resolver nuestras diferencias. Las peleas a puños eran frecuentes como medio de resolver nuestras diferencias personales. Recuerdo bien que para ello elegíamos el lugar, la hora y la forma de pelea. “No se patea en el suelo; la pelea será sin patadas”, se decía. Había un entendimiento de que, incluso en el conflicto, había límites claros que no debían cruzarse.

Esto nos lleva a una pregunta crucial: ¿cuáles son los límites de la lucha política? En el pasado, en el Viejo Mundo, por ejemplo, la vida privada de los políticos era campo vedado para el ataque de adversarios. Se discutía la política, sus méritos y deméritos, sus luces y sombras. Lo sustancial eran las ideas y las acciones, y cómo estas afectaban, beneficiaban o perjudicaban a la gente. La moral ética de los líderes políticos de entonces estaba fuera de cuestión. Fue principalmente en Estados........

© El Día


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