El incremento de los salarios como motor del crecimiento económico en el gobierno de Claudia Sheinbaum
Todos los días escucho y más ahora, que la reforma al poder judicial es un mandato del pueblo; también que la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados significó la voluntad popular para que se aprueben todas las iniciativas de reforma presentadas por el ejecutivo federal. Insisto que es difícil concebir cuál fue el sentido del voto del pueblo. Mi opinión es que la gente emitió su voto por algo más significativo: mejorar sus condiciones de existencia. Esto es lo que ha permitido a la 4T contar con una mayor aprobación social, tal como se demostró en las urnas. Tanto la democracia como la libertad, primero, se sienten en los bolsillos y nada más aberrante para hacerlas valer que la desigualdad social.
La democratización del presupuesto público mediante programas sociales ha tenido un efecto positivo para millones de mexicanos que se encontraban en la pobreza. Los datos del Coneval sobre este tema se van a actualizar en 2025, con los avances hasta 2024; y no dudo que el abatimiento de la pobreza rebase por mucho los 5.1 millones observados de 2018 a 2022. La población con un ingreso inferior a la línea de pobreza por ingresos pasó, así, de 49.9 a 43.5% con respecto a la población total entre los años de referencia.
Las transferencias hacia los estratos más pobres de la población son la base que legitiman la política fiscal; por eso, es importante observar la diferencia que existe en el coeficiente de Gini antes y después de las transferencias. Entre mayor sea la diferencia mejor será el efecto distributivo, de acuerdo con INEGI en 2022 disminuyó de 0.460 a 0.402 puntos. Es factible que en 2024 el coeficiente de Gini después de transferencias sea inferior a los 0.400 puntos, lo cual sería un logro histórico para México en materia de desigualdad, al ajustar más las disparidades entre los estratos más favorecidos y los de menores ingresos. Esto haría aún más fehaciente los efectos distributivos de la política fiscal.
Sin embargo, no existe nada más importante para tener un sistema menos desigual que la implementación de una correcta estrategia salarial. El incremento de los salarios reales propicia una corrección endógena y despresuriza la presión fiscal que se deriva de las transferencias del Estado, cuyos recursos tienden a ser limitados. La inducción que efectúa el gobierno federal entre el sector patronal y los representantes........
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