Mipymes, ¿complemento o apéndice de la economía cubana?
Hubo un tiempo en que en Cuba identificamos a la Inversión Extranjera Directa (IED) procedente de los países capitalistas como un mecanismo de extorsión de los países ricos sobre los países pobres —lo cual es cierto en buena medida—, y en nuestro caso específico, la IED se vio como enemigo de la Revolución y del socialismo. Nos protegimos de esa AMENAZA para impedir que se aprovecharan de nuestro país y del trabajo de todos los cubanos.
Después vino otro tiempo en que —porque no quedó más remedio luego de la desaparición del campo socialista y del socialismo soviético— se cambió ese enfoque/percepción/juicio ideológico y entonces se comenzó a asumir la IED como un MAL NECESARIO.
Para protegernos de ese mal, cuidar nuestra soberanía y evitar la contaminación ideológica se inventaron decretos leyes, después leyes, reglamentos y organizaciones —por ejemplo, las agencias de contratación de personal— muchas de las cuales aún permanecen, y otras persisten en las “propias cabezas acomodadas” de muchos.
Luego se descubrió y se consideró que la IED era una NECESIDAD ESTRATÉGICA para el desarrollo del país. Sin embargo, lejos de crear normas coherentes con esa nuevo enfoque/percepción/juicio, las normas y procedimientos —las reglas del juego para este caso— siguen estando alejadas de nuestras reales necesidades y nos han llevado hasta poder compararnos con Haití en cuanto a los flujos de inversión extranjera. Muchas de esas reglas del juego han terminado espantando muchos posibles y buenos negocios, que hubieran ayudado a la reconstrucción productiva de nuestro país.
Es cierto que el bloqueo de Estados Unidos ha contribuido significativamente a frustrar esas posibilidades, pero no sería una pérdida de tiempo poder establecer, con datos que lamentablemente no son públicos, cuántos otros muy buenos negocios se han malogrado por esas normas y, con ello, han ayudado —quizá sin querer, pero no por desconocimiento—, a la política del Gobierno de Estados Unidos que busca ahogar a nuestro pueblo.
Hubo un tiempo también en que “lo no estatal” fue considerado por default como enemigo de la Revolución y del socialismo, como indigno e inmoral, antipatriótico y como ideológicamente perverso, y fue excomulgado de nuestra........
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