Columna de Hernán Cheyre: Sabor a nada
No obstante los numerosos reparos técnicos que hubo al proyecto de reforma del sistema previsional, el gobierno, reticente a incorporar los cambios que se estaban demandando e insistiendo en un cambio refundacional, necesitaba un triunfo político logrando la aprobación de la idea de legislar, y finalmente lo logró. Pero el costo que debió pagar fue altísimo.
En los tramos finales de la carrera, su propio proyecto comenzó a desdibujarse luego de los compromisos asumidos para obtener los votos que faltaban, y luego del rechazo de aspectos fundamentales en la votación en particular, la verdad es que la iniciativa quedó sin ninguna fisonomía. No solo se rechazó la idea de distribuir la cotización adicional en “3 3″, sino que la propia tasa del 6% como tal no........
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