Hermenéutica de la antesala
Una de las categorías más significativas de la cultura material o, mejor dicho, espacial de la política nacional, es la de la antesala. Se trata, como se sabe, de una sala adyacente a la oficina particular de un funcionario. La frase coloquial “hacer antesala” expresa la condición temporal y, sobre todo, emocional de sentarse en una de ellas. Hacer antesala es una modalidad de la espera dentro de un recinto. Esa espera a veces dura unos minutos, pero puede prolongarse por horas, días, semanas. Es así que la antesala se puede vivir como una condena, casi como una experiencia del purgatorio dantesco. Pero la espera por sí sola no explica por completo el sentido existencial de la antesala. El otro elemento esencial es el del poder.
El político que hace esperar a los demás en su antesala manifiesta, de esa manera, su poder. Recuerdo a un funcionario menor que, aunque no tuviera nada que hacer, siempre hacia esperar a las personas que llegaban a buscarlo. Ese rato que los dejaba en la antesala........
© La Razón
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