Un verano y mil caminos
Representar desde el audiovisual las dinámicas actuales de los adolescentes y jóvenes supone un estudio profundo de la realidad. Esa mirada, sin prejuicios ni temores, ha caracterizado por más de diez años a la revista Una calle, mil caminos, que llega cada verano a las pantallas de Cubavisión con el propósito de ofrecer múltiples visiones ante problemáticas del entorno familiar y social.
Una temporada tan esperada como aplaudida se despidió recientemente de la parrilla televisiva y, como se ha hecho habitual, las opiniones populares emergen para aplaudir la calidad de los programas estrenados. A pesar de que la revista se distingue por sus memorables telefilmes, hay un proceso detrás de cada historia dramatizada, una investigación que explora aristas positivas y espinosas de nuestra juventud: sus vivencias cotidianas, deseos, aflicciones, relaciones sociales y humanas.
Conectar con ese público, tan inclinado a otros tipos de consumo audiovisual en la actualidad, ha constituido una misión desde los inicios del programa, y no se puede negar que el equipo comandado por Magda González Grau se empeña año tras año en perfeccionar la receta que, con las mismas........
© Juventud Rebelde
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