Todos estamos en la cancha
Las Águilas de Olimpia vuelan aun por el mundo llevando en sus picos las coronas del olivo sagrado que consagraban al triunfador de las justas panhelénicas. El monte Kronim fue el lugar en donde se levantó el santuario de Olimpia y se construyó el primer gran estadio que albergaba hasta 40.000 personas. Los juegos, así mismo, fueron un mensaje de amistad y paz entre atenienses, espartanos y corintios, los vencedores de Persia, cansados ya de las guerras entre sus ciudades y sus gobernantes. La tregua sagrada era cumplida y respetada. Una estatua colosal de marfil y oro representaba al primero de los dioses, Zeus, quien los presidia. Se enfrentó a su padre Cronos porque devoraba a sus propios hijos y lo derroto, convirtiéndose en el nuevo señor del Olimpo. Ese episodio de la mitología griega simboliza la eterna lucha por el poder y la........
© El Nuevo Siglo Bogotá
visit website