No soy un robot
La tecnología, que está hecha para mejorarnos la vida, puede convertírnosla en un infierno. A veces la culpa es nuestra. Pero, en general, es porque los que nos obligan a usarla lo hacen de una forma tan tiránica y desalmada, que nos dejan sin opción ninguna, reducidos a la impotencia absoluta. Los ejemplos son infinitos.
La dificultad más clásica es a la hora de solicitar una cita. Por ejemplo, la de renovación de pasaportes. Después de llenar un formulario con todas las de la ley, algo que ya alimenta las esperanzas, el programa le pide que escoja día y hora. Y ahí es cuando usted se topa con la dura realidad. En el mes en que se encuentra no hay ningún espacio. Pero en el siguiente tampoco. Y más adelante, tampoco. Lo sentimos mucho. Si quería viajar, se fregó. Después usted se entera, sin embargo, que Fulano........
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