Wilson Borja, un ejemplo de generosidad
Wilson Borja, reclinado en una cama de un hospital de La Habana, con una pierna en alto, atravesada por chuzos de metal que, en distintas direcciones, sobresalían unos quince centímetros de un lado y otro de la pierna, soltó su risa sonora y me dijo:
—Aquí sigo vivo, comadre.
Corría el año 2001. Yo había viajado a La Habana con la Comisión Facilitadora para el Proceso de Paz con el ELN que, a comienzos de 1999, había creado Jaime Garzón, asesinado en la madrugada del 13 de agosto de ese año, justo cuando varios miembros de la misma Comisión, a la que pertenecía Wilson, íbamos a volar a Medellín para ir a la cárcel de Itagüí a conversar con los presos Francisco Galán y Felipe Torres, del ELN.
Poco después, el entonces procurador Jaime Bernal Cuellar, quien presidía esa comisión, y otros miembros de ella —Mario Gómez, secretario de esta, el excanciller Augusto........
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