Dosis de realidad
Es tiempo de un poco de cinismo. Se acabó la hora de las sentencias constitucionales, los argumentos de salud pública, la reseña de las recetas inútiles, las comparaciones de las políticas en diversos países, el señalamiento a la discriminación policial, la prueba de la estupidez de una utopía del mundo sobrio, la mentira del comparendo policial como protección a los menores. Es el momento de enrostrar la realidad, de exhibir la calle como sentencia definitiva frente a la celebración de los decretos y los códigos que buscan que la gente se encierre en sus casas para prender un bareto.
La disponibilidad de las drogas es cada vez más amplia, la oferta más variada y el precio más bajo. Las redes son ahora un importante centro de despacho mientras las autoridades siguen mirando a las esquinas. Hoy, en una ciudad como Medellín, conseguir un porro tiene casi el........
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