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La fuerza de los secretos
Cada secreto fue una motivación, e incluso, una necesidad. Fue enredarme en las historias que contaban en la casa cada noche, y fue saber que esas historias tendrían más y más capítulos. Fue ilusionarme, irme a dormir con las palabras y las imágenes de la última escena del último relato, desvelarme con la trama de lo sucedido, y pensar en las múltiples posibilidades de lo que podía seguir al día siguiente. Fue palpitar un final, y más allá de mis pálpitos, comprender que aunque me muriera de la curiosidad, en el fondo, muy en el fondo, era........
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