La nueva imagen de LinkedIn carece de algo esencial: humor
Emma Jacobs
En los viejos tiempos, digamos hace unos cinco años, LinkedIn era una propuesta bastante sencilla: buscadores de empleo, contratistas y empresarios se reunían con reclutadores, empleadores e inversionistas.
Después, durante la pandemia, las cosas se pusieron peculiares. Al difuminarse la división entre hogar y trabajo, LinkedIn pasó de ser estrictamente empresarial a personal.
Los usuarios de LinkedIn ya no solo se jactaban de sus logros profesionales, sino que también compartían sus momentos más bajos y sus debilidades humanas. Es un cambio que Shani Orgad, profesora de medios y comunicaciones de la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres, denomina el “giro de la vulnerabilidad”. Un tema común es la “ruptura emocional”, dice, cuando un profesional llega a un punto de quiebre, que “a menudo incluye imágenes del autor llorando, reforzadas por textos que alientan a los lectores a ‘escucharse a sí mismos’ y permitirse ser vulnerables, o fotografías (a menudo selfies) del autor en un hospital, vestido con bata y conectado a equipo médico”.
“Si la red social profesional es ahora un lugar para publicaciones personales, ¿por qué no es más divertida?”
En ocasiones, esto puede resultar........
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