Memoria y olvido
Según John Locke, una condición necesaria para que las personas sean las mismas a través del tiempo es que posean una memoria estable y continua de su vida pasada. Quien padece de amnesia, sostiene Locke, deja de ser la persona que fue, aunque siga siendo el mismo ser humano.
Somos lo que recordamos, es cierto; sin embargo, la memoria no es perfecta. Con el paso de los años nuestros recuerdos se van haciendo más escasos, más breves, más inexactos. Pongamos una fecha cualquiera. ¿Qué recuerdo yo del 20 de agosto de 1969? Nada. Esa fecha no me dice nada, está borrada de mi memoria. Sé que tenía seis años, sé dónde vivía, pero no más que eso. ¿Qué recuerdo de todo el mes de agosto de 1969? Tampoco nada. No tengo una sola memoria precisa de ese mes y si hago un esfuerzo y trato de recuperar algo del fondo de mis neuronas, las imágenes que alcanzo a reproducir son tan vagas que no puedo estar seguro de que corresponden a sucesos vividos en esos días. ¿Y qué recuerdo de todo el año de 1969? Muy poco. Tengo algunas imágenes del salón de clases,........
© La Razón
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