Nadando en el fango del quinto círculo del infierno
por Vijay Prashad
Cuando Dante Alighieri y su guía llegan al quinto círculo del infierno en el Canto VII del Infierno, de la Divina Comedia, se encuentran con la laguna de Estigia, donde las personas que no pudieron contener su ira en vida ahora se revuelcan y luchan entre sí en la superficie del agua turbulenta y fangosa y debajo de ellos yacen los que habían sido hoscos en vida, con sus frustraciones aflorando a la superficie en forma de burbujas:
Y yo, que por mirar estaba atento,
gente enfangada vi en aquel pantano
toda desnuda, con airado rostro.
No sólo con las manos se pegaban, mas
con los pies, el pecho y la cabeza, trozo
a trozo arrancando con los dientes.
Todas las culturas describen alguna variante de esta caracterización del infierno, en el que quienes han infringido las normas que pretenden producir una sociedad armoniosa sufren una vida después de la muerte llena de castigos. Por ejemplo, en la llanura del Ganges de la India, siglos antes de Dante, los desconocidos autores del Garuda Purana describieron los 28 diferentes narakas [infiernos]. Las similitudes entre el Infierno de Dante y el Garuda Purana pueden explicarse por los horrores y temores comunes que comparten lxs seres humanxs: ser devoradxs vivxs, ahogadxs y mutiladxs. Es como si la justicia de que dispone la mayoría de la gente en la Tierra fuera insuficiente, por lo que existe la esperanza de que una justicia divina acabe imponiendo un castigo diferido.
Wayan Ketig (Indonesia), Bima Swarga, c. 1970.
En enero de 2025, Donald Trump, que ha cultivado una política de la rabia que no es extraña en nuestro mundo, será investido para su segundo mandato como presidente de Estados Unidos. Esta política de la ira está presente en muchos países, incluida Europa, que se considera a sí misma por encima de las emociones brutales y un continente de la razón. Entre los liberales existe la tentación de caracterizar esta política de la ira como fascismo, pero esto no es exacto. Trump y su cofradía política en todo el mundo (desde Giorgia Meloni en Italia hasta Javier Milei en Argentina) no se anuncian como fascistas, ni llevan los mismos emblemas ni utilizan la misma retórica. Aunque algunos de sus seguidores exhiben........
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