menu_open Columnists
We use cookies to provide some features and experiences in QOSHE

More information  .  Close

Groenlandia, Canadá, Panamá, Comunidad Valenciana

1 0
previous day

Opinión | La plaza y el palacio

Manuel Alcaraz

Donald Trump.

¿Sap aquel que diu que un tipo pelirrojo, muy raro, con pinta de delincuente profesional, decide comprarse el cubito de hielo más grande del mundo? «Es para una fiesta, y si no me lo venden, lo invado», argumentó; y las redes sociales, esas que algunos imaginaron arterias de la libertad, le jalearon con un rugido imparable, que se escuchó desde Panamá a Kiev y en los quirófanos de Palestina, motivando que la Policía Montada del Canadá adquiriera una cantidad imprecisa de nuevos caballos, ante las protestas de pacifistas y animalistas. Es un panorama, el de esta semana, risible. Si no fuera porque da miedo.

Es una semana con augurios que están destrozando toda nuestra convicción en el pasado y abriendo demasiadas preguntas sobre el futuro. Como dice mi amigo Camisón, a lo mejor lo que habría que haber declarado es Europa toda un Estado de EE UU. Por mi parte, he dado en considerar que la Guerra Fría fue un fenomenal sistema que se explicó mal: la URSS era el gran protector de Europa. Pero reconozco que mantener esta posición me cuesta, tras lo que vi y que me hizo antisoviético. Pero el hecho cierto es que esta vez Putin no va a defendernos. Siempre puedo invocar que me opuse activamente a la entrada en la OTAN. Lo que pasa es que ahora ya no sé si la OTAN somos los buenos o los malos. Ni la ONU, ni la FIFA. Ni casi nada. Para los disruptivos payasos de Trump todo eso son cosas que sobran. Sigo manifestándome un firme defensor de un ejército europeo, de los de verdad, con bombas y espías. Para terror de mis amigos pacifistas. Que no sufran: probablemente llegamos tarde. Dada........

© Información


Get it on Google Play