Crónicas y relatos de la migración: Alojados
Hay un verbo que los chilenos conjugan bien entre sus familiares y amistades. Es casi obligatorio llegar «a alojar» a la casa del cuñado, o de la sobrina; y sería de mal gusto no aceptar la invitación «a alojar» de una amiga y su esposo. El familiar te espera en medio del desierto y te lleva a su casa donde ha preparado la «pieza de alojados»; pone la nevera a tu disposición, más todas las botellas de su vinera, junto con los frutos secos de su despensa y los churrascos de salmón de su congelador; también, el café espresso de cápsula o el de máquina cafetera. Los chilenos son más adictos que los venezolanos a los televisores, que aparecen encendidos en todos los ambientes de las casas, mientras se ahorra energía apagando luces y reduciendo al mínimo el uso de la calefacción. El calor lo pone el pariente con su generosidad y los abrigos que hay que........





















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