¿Qué pasaría si un banco privado tuviera unas pérdidas no registradas en su balance de importe superior a sus fondos propios? Creo que podemos contestarnos a esta pregunta simplemente viendo lo que pasó en el Sillicon Valley Bank (SVB) esta primavera pasada: los depositantes, por si acaso, comenzarían a retirar sus fondos y sumirían a la institución financiera en una crisis de liquidez que bien podría llevar a su resolución, como así ocurrió en el caso del SVB.
¿Qué podríamos esperar de un banco que publicase unos fondos propios de 59.815 millones de euros y unas minusvalías no reconocidas en su cartera de 73.283 millones de euros, es decir: de un banco que si liquidase sus activos arrojaría un déficit patrimonial de 13.468 millones de euros? Del banco no lo sabemos, pero de sus depositantes sí: comenzarían a retirar sus saldos, forzándole así a vender dichos activos y convirtiendo las pérdidas no reconocidas en pérdidas efectivas hasta que se produjera la situación de insolvencia, salvo que alguien interviniese antes. Es lo que pasó en SVB y en otros bancos resueltos la pasada primavera en Estados Unidos. El interventor, como es lógico, no asumió, en el caso de los bancos norteamericanos, las pérdidas no registradas, sino que se las imputó a la propiedad hasta donde podían soportar los fondos propios de las instituciones intervenidas y eso explica las adquisiciones de dichos bancos sin desembolso a los accionistas de los mismos.
Pues esas cifras que les he dado (13.468 millones de déficit patrimonial) son las que ha publicado el Banco de España recientemente. Cifras que venía a explicar, entre otras cosas, el Gobernador del Banco de España en la comparecencia programada para el 21 de junio........