A diferencia de Federico II de Prusia -que celebraba, con su célebre “aún hay jueces en Berlín", la decisión de un juez valiente que le impedía a él hacer lo que le diera la real gana-, Pedro Sánchez parece lamentar que aún haya jueces en Madrid… y en Barcelona.
El último disgusto se lo acaba de dar el juez de Barcelona Joaquín Aguirre, que instruye la trama rusa del Procés y que pide al Tribunal Supremo que investigue a Puigdemont por traición por negociar con agentes rusos el apoyo del Kremlin al proceso separatista catalán.
El delito de traición quedó excluido de la amnistía que Sánchez confeccionó a la medida de Puigdemont a cambio de los siete votos de Junts en la investidura del propio Sánchez. Puede que la decisión del juez Aguirre eche por tierra el objetivo compartido por Sánchez y Puigdemont de que este último regrese a España de su escapada bruselense, como si nada hubiera ocurrido.
Nada más conocerse la noticia, políticos y tertulianos separatistas se lanzaron........