Un fantasma

Un fantasma recorre España, es el fantasma de la Revolución Sanchista. Conozco ese fantasma, lo he sufrido. Vengo de ese Infierno, qué otra cosa me puede pasar, me digo. Pero al mismo tiempo, siento un gran estupor y una gran tristeza. Y un poco de temor. ¿Cómo es posible que el tumor fidelista (un tumor populista sobre todo, no nacionalista: los Castro han odiado Cuba y a los cubanos desde siempre, su obra política y social lo demuestra. Sin el odio como motor no se puede arrasar un país próspero y convertirlo en una sucursal de Somalia), me persiga de manera tan persistente?

Porque eso es lo que significa la siniestra farsa de los cinco días de “meditación” de Pedro Sánchez. Lo que ha hecho Sánchez, en definitiva, es gritar ¡Viva Fidel! Y ese grito representa la negación del ciudadano y del ser individual. La apoteosis de la llamada al pensamiento grupal. Ese grito constituye una amenaza que sería suicida ignorar, significa un llamamiento a la Revolución. No una Revolución como la de los Castro, a sangre y fuego, nuestros tiempos son otros. En nuestros tiempos, así España, se llega al Poder mediante unas elecciones democráticas, y entonces se procede a demoler el Estado desde dentro. Se comienza por poner al........

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