En el País Etarra salen a correr (Korrika, se llama la cosa) cada dos años. Para, dicen, defender el euskera. Pero como exhiben fotografías de asesinos etarras, para mí es otro evento en defensa de la Sagrada Patria Etarra. La carrera dura diez días y once noches y recorre dos mil setecientos kilómetros. Y durante todo el trayecto van cobrando. Las Patrias siempre necesitan mucho dinero. La Korrika se vende por fragmentos. Y el dinerillo del Cupo Vasco fluye generosamente. El Ayuntamiento de Pamplona (Bildu), por ejemplo, ha pagado 6.000 euros por un kilómetro. Y el Gobierno de Navarra, presidido por la señora Chivite, 3.267.
En España cualquier cosa es sagrada e histórica: un villorrio, una jerigonza local, un árbol como otro cualquiera, un himno grotesco, levantar piedras, un baile soporífero, un gorro espantoso y sobre todo es sagrado el Dinerillo del Cupo Vasco. Que, alguien debe decirlo, es el dinerillo de los ciudadanos españoles. Todo lo que se paga en España, gubernamentalmente hablando, se paga con dinero de los contribuyentes españoles. Ya sé que vivimos en la fantasía de los países, las naciones, los ciudadanos y los contribuyentes de diferentes tribus, pero en verdad sólo hay contribuyentes españoles. Porque sólo hay un país y una nación en España: España. El resto es ficción, chantaje,........