El Poder tiende a controlar (ellos dicen regular) todos los espacios de la vida ciudadana. Lo hacen por nuestro bien. Por el futuro siempre amenazado, por los niños, porque debemos ser buenos, por la Naturaleza, por la Igualdad, por la Reconciliación (siempre hay alguien con quién reconciliarse), por la Armonía y la Paz Social. Guionistas no les faltan. Pero. Ya lo dijo el gran Wolfgang Sofsky: “Todo poder pretende ampliar su zona de dominio. Intenta adueñarse hasta del último nicho libre. Consigue solidez y fortaleza cuando seca las fuentes del sentimiento de oposición y los hombres se transforman en amables vecinos y súbditos dóciles”. Así nos quiere el sanchismo. Sus principales armas son el colectivismo, la sexualización general, la hiper regulación y el castigo mediante multas e impuestos.
Me ha hecho volver a Sofsky el nuevo plan del Gobierno para controlar y normar (con la excusa de proteger a la infancia y de paso usurpar el terreno correspondiente a los padres, en la educación de sus hijos) una de las actividades más liberadoras, apaciguadoras y placenteras, practicada por los seres humanos: la masturbación. El Gobierno quiere imponer una especie de Pajaporte que los adultos tendrían que obtener y presentar para poder viajar al País de la Masturbación (léase páginas........