No todo va mal

Todo va mal para las democracias, pienso a veces. La española en primer lugar. Su gobierno (inmerso en una peligrosa deriva autocrática) ha comprado el marco mental del social–comunismo y se lo vende a los ciudadanos que, embobecidos por la abundancia y el progreso que sólo es capaz de generar el (odiado) capitalismo, conspiran contra sí mismos apuntándose a un cóctel destructivo y siniestro: tribalismo, colectivismo, religión woke, mujerismo, sindicalismo a sueldo, prostitución de la Justicia, compra de votos disfrazadas de ayudas sociales, y el contubernio corrupto con medios de comunicación que se encargan de propagar el marco mental del Gobierno. Amén de embrutecer con una televisión basura, ajena a cualquier signo de inteligencia, a las llamadas masas, que viven en una especie de letargo fofo, buenista, amaestrado y teledirigido.

Pero. Me equivoco. No es verdad que siempre todo vaya mal. A veces sucede algo positivo. Digamos la caída del helicóptero del presidente iraní, Efrahim Raisi. Raisi era un asesino consumado (responsable de la ejecución de decenas de miles de iraníes, y el represor sanguinario de las protestas por el asesinato de la joven Mahsa Amini). Un tipo que financió y planificó la masacre del 7 de Octubre contra civiles israelíes. Raisi, afortunadamente, murió al estrellarse el helicóptero en el que viajaba. Un accidente que más que un accidente, constituye........

© Vozpópuli