He leído estos días cosas verdaderamente delirantes acerca de la participación de una señora gorda en un show de despedida de año. Yo no la vi, tengo cuidado con las cosas a las que someto a mi cerebro, pero en España es imposible escapar virgen, digamos, a estos alborotos. A la gente, y a los diarios y televisiones (o al revés) le encantan. Y son especialistas en sobredimensionar cualquier tontería que tenga grasita (siempre de izquierda) ideológico–comercial, o sea uno de los puntales de la agenda política progre o woke, que vienen a ser lo mismo. ¡Gordofobia! ¡Islamofobia! ¡Transfobia!
La Libertad de Expresión se ha convertido en uno de los enemigos principales de la avanzada ideológica de la Izquierda Mundial, y del Islamismo, como es lógico, al tratarse de una religión primitiva, totalitaria, misógina, enemiga de la Ilustración y la Libertad; una religión cuyo objetivo declarado es islamizar el mundo. Es decir, descivilizarlo.
Por cierto, lo más hablado y discutido del asunto en cuestión, ha sido que la señora gorda exhibió en cierto momento una estampida de Jesucristo con cara de toro, o de vaca. Muy bien. Yo soy de burlarme de las religiones, aunque creo que es oportunista burlarse de Jesucristo, burlarse de Jesucristo ya no tiene gracia, y no la tiene porque los cristianos son de poner la otra mejilla o, en el peor........