El plan

Veo a un señor (ni metiéndome en la cárcel conseguirán que lo llame señora) en la tele que nació hombre y ahora es mujer. Transicionar, lo llaman en la jerga woke. La Ley española lo permite. Lo que convierte a la Ley española en una “dictadura sentimental” no es que acepte que cada individuo se sienta lo que quiera, para eso no hace falta una Ley, sino que imponga al resto de la sociedad los sentimientos de determinados individuos. Una intromisión abominable del Estado en la vida privada de los ciudadanos.

El único cambio apreciable en el señor al que me refiero, es el experimentado por su DNI. En todo lo demás, tan hombre. No piensa operarse, para qué, dice, y exige entrar a los baños de mujeres cuando va al gimnasio, con los huevos por delante. Y las mujeres que se cambian de ropa o duchan tienen que aceptar (es la ley, por muy grotesca que sea) el exhibicionismo de esta “señora española” a la que en cualquier otro sitio meterían en la cárcel por exhibir sus peludos huevos en un entorno reservado a las mujeres.

La “señora” en cuestión es un tiparraco grande e hirsuto. Pero. Se siente mujer. Eso sí, lesbiana, que tampoco es cosa de ser mujer, y sólo por eso, faltaría más, comenzar a gustarte los nabos. El sujeto tiene cuarenta años o así y de súbito, al parecer, descubrió........

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