Hoy vinieron dos muchachos a instalar un lavavajillas, uno ecuatoriano y otro peruano. Gente joven y amable. Les pregunté por los años que llevaban en España. El más joven, el peruano, dos años y el otro, el ecuatoriano, veinte. También quise saber si habían recibido ayudas de algún tipo de parte del gobierno nacional o regional. Nada. No digamos ayuda económica, ni siquiera una bolsa de comida que al joven peruano le hubiera venido bien porque vino con su hermana pequeña. Nada.
No tienen que darnos nada, dice el ecuatoriano. Nosotros venimos a trabajar. No a robar ni a hacer cosas malas. A trabajar. Un ecuatoriano y un peruano. Dos panchitos, como les llaman aquí despectivamente, sin que la izquierda culogorda y los neocomunistas armen el aspaviento que arman cuando a un árabe le llaman moro o a un africano negro, negro.
Cuando terminan el trabajo, los felicito y les deseo lo mejor.
¿Hay que ser magrebí o africano para recibir ayudas? Me pregunto, cuando se marchan.
Lo que me lleva a la emigración. Lo primero. No soy emigrante. Soy un exiliado político. Primero en USA y luego en España. El estado español, y en consecuencia los contribuyentes españoles, nunca me han dado nada. Ni tenían por qué hacerlo. Lo único que agradezco a España, y es........