Hoy las televisiones, y los periódicos, etcétera, se ocupan de Francia. Montañas de cháchara. Toda esa cháchara, la mía en primer lugar, es inútil. Bueno, no totalmente inútil porque cobramos por ella. Lo que convierte en cháchara inútil los análisis, comentarios, artículos, reportajes y desvaríos tertulianos varios sobre los resultados de las elecciones en Francia, es que conciernen a una sociedad condenada. El único tema útil, es cómo se detiene la islamización de Francia, pero de eso no se habla. Mucho miedo. Mucho chantaje izquierdista: que si islamofobia, que si racismo. La jugada de Macron ha sido un fracaso. ¿El centro? Antes cazarán un unicornio. Las elecciones han ampliado la esfera de poder e influencia de la extrema izquierda antisemita, comunista e islamista. Comunista e islamista. Es difícil imaginar una combinación más desafortunada. El partido de esa gentuza, es el más votado.
Hoy Francia, después de la ocurrencia de Macron, se halla en una situación mucho peor que antes de la frívola ocurrencia de Macron. Un gobierno de extrema derecha (y hasta una dictadura de extrema derecha) es siempre mejor que un gobierno o una dictadura de extrema izquierda. Comparen a Batista o Pinochet con los Castro, los Ortega o los Chávez y Maduro. Unos y otros antidemocráticos, ladrones y asesinos, cierto. Pero. Ojo a la........