Israel continúa matando a buen ritmo a los cabecillas de las hordas terroristas musulmanas (Hamás, etc.) y esa es una de las pocas buenas noticias que me llegan del enfrentamiento entre la Civilización Occidental (la única que existe) y los representantes del mundo primitivo al que se enfrenta. Primitivo, digo, porque Rusia, Irán o China, a pesar de sus bombas atómicas y moderneces tecnológicas, representan la involución humana, las unas por sus ínfulas neocomunistas imperiales, y la otra por su fanático atraso religioso.
Dicho esto, destaquemos (no se hace lo suficiente) que si no fuera por los Estados Unidos que abastece de armas maravillosas a las fuerzas de la civilización en guerra, pongamos Ucrania o Israel, la situación sería aún peor. Y ya que menciono a Ucrania, este país es otra de las fuentes de alegría que provienen del campo de batalla mundial. Últimamente, las fuerzas de Zelensky han conseguido llevar la guerra a territorio ruso, ahora sólo falta que consigan misiles o drones con los que puedan bombardear Moscú. En una guerra hay que hacer daño al enemigo donde más duela. No sólo militarmente, también simbólicamente. En el caso ruso, Moscú. A ver si los ucranianos consiguen acertar con algunos........© Vozpópuli