Sablazos y cacicadas: semana de Pasión en Moncloa

La Semana Santa es periodo habitual de lluvias y decretazos. Cae agua donde el resto del año es secarral y se meten de rondón ásperas decisiones políticas para evitar conflictos. Es costumbre instalada por Adolfo Suarez con el Sábado Santo rojo, cuando legalizó quedamente al PCE sin apenas turbulencias. Una añagaza convertida ya en costumbre que Pedro Sánchez ha hecho suya sin aspavientos, este año además en sus variantes del 'madurazo' y la cacicada.

El Consejo de Ministros del martes, ya con aires de gran escapada vacacional, aprobó el impuestazo para el pago de las pensiones, denominado 'cuota de solidaridad', ese eufemismo que esconde un sablazo a los salarios por encima de los 56.000 euros -clase media tirando a demediada- a los que empezará a esquilmarse ya el próximo año un 1% hasta llegar al 6% en 2045, si es que para entonces las cosas no se han arreglado o si todo esto de España sigue en pie. El palo impositivo lo había anunciado Escrivá desde su anterior sillón en Seguridad Social y ahora se ha concretado bajo el espeso manto de las procesiones. No gobiernan, saquean. No gestionan, atracan. Esta gente no crea riqueza, se inventa empleos apócrifos, persigue al empresario, acogota al autónomo, engorda la deuda y multiplica el cuñadismo funcionarial.

El uso del decreto será la norma de Sánchez, que se ha quedado sin presupuestos (no ha explicado muy bien los motivos de tal........

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