Sánchez planea el sacrificio de barones
Pedro Sánchez vuelve al ajedrez. Se aficionó a los movimientos del tablero en tiempos de Iván Redondo, un prodigio a la hora de diseñar batallitas con alfiles y peones. Ahora se trata de sacrificar alguna pieza para que la estrategia funcione, para que el escenario tras el 28-M resulte más liviano de lo que aventura la demoscopia.
Moncloa teme que el mapa azul que emerja esa noche de las urnas dinamite las posibilidades de victoria en las legislativas de diciembre. Un vuelco radical en las regionales y locales sería un contratiempo insuperable. De ahí que los 800 asesores que el valido Bolaños tiene bajo el Ala Oeste de Presidencia difundan con ahínco la teoría de que no pasa nada por que se pierdan algunas figuritas en la contienda. Resultaría incluso un elemento positivo. Sacrificar una torre, y hasta a la reina, para salvar al rey. En esas están.
Lejos de lamentar, por ejemplo, la pérdida de Rioja, que la mayoría de las encuestas dan por........
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